¿QUE PASÓ CON EL FAUVISMO?

En 1908 se termina el Fauvismo, un movimiento artístico de lo más interesante.

A finales del siglo XIX empiezan a surgir en Europa muchos movimientos artísticos nuevos. Van saliendo como rosquillas. Y tú te preguntarás el porqué.

La culpa la tuvo la invención de la fotografía.

Desde el Renacimiento hasta entonces los artistas estudiaban la luz, el color, la anatomía, el movimiento, la composición, en fin, todas estas disciplinas plásticas para conseguir pintar obras que se acercaran a la realidad. Al menos que se pareciesen a lo que el ojo humano percibía.

Lo que no tenían en el renacimiento es todo ese conocimiento a golpe de un click.

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Volviendo al 1830. En Francia, el científico Joseph Nicéphore Niépce utilizó una cámara oscura portátil y creó la primera imagen grabada que no se desvaneció rápidamente.

Unos años después, en 1827, Louis Daguerre se interesó por este invento y lo perfeccionó. De él viene eso del “Daguerrotipo”. Y lo demás es historia. Ahora tenemos una cámara en nuestro bolsillo que con un golpe de clic hace fotos extraordinarias.

Pero esas primeras cámaras no son como las de ahora.

Como dato curioso te cuento que la primera imagen fijada que existe necesitó de 8 horas de exposición. Es decir que eso de “estate quieto un momento que te voy a hacer una foto”, quería decir quedarse 8 horas como un palo. Vamos, que la cámara tardaba más que Antonio López pintando un cuadro.

¿Pero esto de la cámara qué tiene que que ver con el Fauvismo?

Mucho, porque como ya había una máquina que de manera más barata y rápida conseguía imágenes reales, los artistas entraron en pánico, empezaron a tirarse de los pelos, a tener crisis de ansiedad, y ahora yo que hago, maldita máquina del demonio... Como ahora los diseñadores con las IAs, pues igual.

Y dijeron, reinventarnos o morir.

Algunos se dedicaron a coger patatas en el campo, otros montaron un bar pero muchos empezaron a investigar sobre otras maneras de entender y de hacer arte.

Entonces nacen los ISMOS. Que si el Impresionismo, el expresionismo, el futurismo, el dadaísmo, el Fauvismo. Vamos, que si esto no hubiese parado tendrían que haber inventado el ISMOISMO, que sería la implosión de los ismos.

¿De qué viene la palabra Fauvismo?

Fauvismo viene de Fauve, es decir, FIERA en francés, e Ismo, MOVIMIENTO. Movimiento fiero, o de fieras.

Este nombrecito se lo pusieron casi de casualidad. Me recuerda mucho a lo que me pasó a mí con lo del Hamparte, que uno lo dice como una cosa más pero la gente es la que lo empieza a usar y lo hace popular.

Resulta que el crítico de arte Louis Vauxcelles, que lo conocían en su casa a la hora de comer (no hombre, no, era conocido, no sólo sacó lo del fauvismo si no también lo del cubismo), hizo una crítica de algunas obras que se expusieron en el Salón de Otoño en el Gran Palacio de París en 1905 y usó por primera vez ese término. 

No confundir el Salón de Otoño de arte de París con el Salón de Otoño de El Corte Inglés.

Pero ¿cómo surgió? ¿Cómo se lo inventaron? ¿En qué consiste?

En aquel momento había mucha vida en el mundillo del arte. Estaban todas alborotadas, provocativas y muy creativas.

Mientras unos decían que si lo más cool era investigar sobre la luz y que había que salir a la calle para pintar, como los Impresionistas, otros decían que un coche de carreras era más bello que la Victoria de Samotracia, y salían como Futuristas. Los Fauvistas eran un híbrido entre los impresionistas y los cubistas. Bueno, en aquel momento todos bebían de todos. Se influenciaban. Incluso se iban pasando de un estilo a otro. Hay un personaje que a mí me interesa mucho que es Francis Picabia que lo mismo era impresionista que surrealista, que Dadá o te escribía una novela.

Los cuadros de los Fauvistas dan bocados. Pinchan. Gritan. Son muy salvajes.

Utilizan colores puros y contrastes muy fuertes. Incluso en las formas son fieras. Simplifican los rostros, los paisajes, y usan planos de colores imposibles. Lo mismo te ves a una muchacha con la cara verde que un árbol morado.

Por ejemplo, hay un relato muy conocido de Matisse que se titula “La raya verde” y que es literalmente un rostro humano de frente, con las cejas azules, la mitad de la cara amarilla, la otra mitad rosa pálido, los labios muy rojos, el fondo de tres colores (verde, rojo uy rosa) y una raya vede que le cruza la mitad de la cara.

El Fauvismo es como si los impresionistas y los puntillistas hubiesen dicho, bueno, vamos a ir un paso más allá en la pintura. Vamos a ser un poco más radicales. Y exaltaron mucho más el color, casi que se lo inventan en muchas ocasiones, pero no son abstractos ni surrealistas.

Los Fauvistas todavía no se separan de la naturaleza. No inventan mundos oníricos como los surrealistas.

Los fauvistas usan el color instintivamente. Pero tampoco son pintores Naif, es decir, que ellos sí tienen conocimientos teóricos y prácticos sobre el arte y la pintura mientras que los Naif supuestamente no deben saber absolutamente nada.

Otro rasgo de los Fauvistas era que no les importaba la profundidad. A losimpresionistas sí. Casi todos pintaban paisajes y aunque exageraban un poco el color, sí querían que el árbol que está delante pareciese que estaba delante. Los Fauvistas decían, Bah! Para qué! Si con estos rosas chicle y estos amarillos canario me quedan los cuadros guapísimos. Si viviesen hoy triunfarían en Instagram.
 

Otra de las características de los fauvistas son los contornos. Muchos de ellos usaban líneas gruesas para definir las figuras.
Sus trazos son espontáneos y muy sueltos. Son como una montaña rusa de líneas que fluyen por el lienzo.

Además sueles ser trazos únicos. No les importaba que el brazo quedase más grueso o más fino, o que la oreja pareciese un pestiño. Se dejaban llevar por la inmediatez. Pero claro, la inmediatez de los que saben no es la misma que la inmediatez de los que no han visto un pincel en su vida. Que son capaces de preguntarte que dónde se enchufa.

Y otra característica diferente del Fauvismo es que al contrario que los impresionistas, éstos vuelven a trabajar en sus respectivos estudios y no al aire libre.

No les interesaba la observación de la naturaleza ni cómo incidía la luz a las 12 de la tarde en la Torre Eiffel, no. A ellos les gustaba el color por el color, la inmediatez y conseguir la mayor expresividad y fuerza en sus obras rápidamente, dejándose llevar por sus impulsos.